La cantante de Coría actuó tras Turquía, en la decimonovena posición. Se da la coincidencia (no sabemos si extraña o consensuada) de que nuestro país ha competido en los últimos años ocupando el puesto que ocupó el año anterior el país ganador.
La actuación fue brillante, y sin duda, contó con la mayor calidad vocal de la noche, algo que no se corresponde con el puesto que obtuvo. Si por verdadera y pura técnica fuera, hubiese sido digna merecedora de un tercer puesto. Pero en Eurovisión la imagen cuenta, y a mi parecer, la actuación resultó poco dinámica. Creo que Europa echó en falta algo más de movimiento y coreografía, o al menos una pareja de bailarines tan compenetrada como la que aparece en el videoclip oficial.
Sea como sea, la pletórica actuación que nos ha llevado a la décima este año ha resultado toda una sensación. Pastora ha afirmado firmemente que sería de su agrado regresar a Eurovisión, tal vez un año de estos, y yomper esta nueva barrera psicológica el décimo puesto que no hemos roto desde 2004. El próximo año a Suecia, y quien sabe si con algún recuerdo dulce, quién sabe si con algún micrófono de cristal (: