Esta vez, tras visitar asiduamente el centro de Viena, me traslado a un lugar retirado, lejos de los turistas, los flashes de las cámaras y el rugir de las motos. Nuestro destino no es otro que el antiguo cementerio de St Marx, situado al sur de la capital austríaca. Para llegar a él basta con coger el tranvía (o el metro) y dar unos cuantos pasos, un paseo muy recomendable.
Y es que, mientras muchos piensan que la auténtica tumba del célebre compositor austríaco Wolfgang Amadeus Mozart se encuentra en el Cementerio Central de Viena (donde se hayan las tumbas de los demás compositores relevantes), la suya está en este pequeño cementerio, bastante más acogedor y señero.
De hecho, es un rincón bastante tétrico, como el típico cementerio de una película de terror, con las tumbas rotas y destartaladas y una frondosa capa de musgo recubriéndolo todo. Quizás el compositor, al morir, prefirió la apacible paz de la naturaleza al bullicio del cementerio central de Viena, aunque eso, por supuesto, es tan sólo una pequeña suposición. Disfrutad de las fotos. :)